divendres, 23 de setembre del 2011

Capítulo 4.

-Hey Vicky, baja de las nubes, ¿En que pensabas? ¿O en quien pensabas, eh?- Paula siempre hacía igual, me sacaba de mi limbo y luego no paraba de hacer preguntas.
-Yo, eh... si, eh... en nada, en que me pondré esta noche... si, solo en eso.- Dije, aún aturdida.
-Claro, a mi no me engañas, es en Álvaro ¿no?
-¡Paula! Pues claro que no.- Dije, molesta.Mierda, había acertado de pleno, que bien me conocía. 
-Entonces... en Manu- Dijo, buscándole.
-No, Paula, no, sabes que en ese no, ni me lo nombres.- Salté
Manu estaba cerca y al escuchar su nombre se giró. Era moreno, ojos marrones, muy simples y alto. Era justo lo contrario a Álvaro, él era rubio, de ojos verdes y muy expresivos, un poco más alto(si se podía) y, claramente, más guapo que Manu. Él era catalán, Manu vasco, a cual más lejos, contando que yo soy valenciana. Él jugaba al baloncesto, y Manu en cambio no tenía ni idea de que hacía.
A Manu lo conocía desde pequeña, y nos llevábamos bastante bien, pero ese año surgió algo, no se que, que le hizo acercarse más a mi, y a mi no me gustaba eso.
-Bueno, bueno, perdona 'doña tiquismiquis', que de tu y tus amores nunca se puede hablar- Me soltó Paula, intentando picarme.
-Sabes que no vas a conseguir nada. Anda que mejor no hablemos de amores, que como empiece contigo- Le contesté.
-Vale, si, mejor lo dejamos- Ella era de las que tenía poca suerte con los chicos también, se obsesionaba mucho y luego nada, como yo- Oye, hazme una trenzas de esas que tú sabes.
-Se llaman de espiga. Ven, ponte aquí delante mio. Y cambiando de tema, ¿Mañana por la mañana damos una vuelta ne bici? Que hace mucho que no vamos.- Dije mientras empezaba a separarle el pelo.
-¿Cómo? ¿Pero tú estas loca? ¿Acaso no has visto como llevo la rodilla y... bueno más o menos como llevo todo el cuerpo?- Dijo, mientras alargaba el brazo hacia atrás intentando pegarme y se fastidiaba toda la trenza que le estaba haciendo.
-Ala, bruta, no me pegues. Yo también las llevo hechas polvo, pero es que me apetece...- Empecé de nuevo la trenza. Si, el día anterior nos habíamos pegado una buena hostia las dos con la bici, bajando una cuesta bastante empinada sin frenos. Y, claro, acabamos comiendo asfalto como unas tontas, ella contra un banco de la plaza y yo contra el árbol que había al lado. No nos podíamos ni levantar, por eso tampoco nos apetecía mucho bañarnos.
-Pues a mi no, ademas prefiero subir a la piscina.- Dijo, mirando hacia atrás y guiñándome un ojo, fastidiándose otra vez la trenza.
-Claro, las super-mega-vistas,¿no? Hey, lo digo enserio, tienes un problema, bueno tú y todas- Dije, poniendo los ojos en blanco y volviendo a separarle el pelo y comenzando de nuevo.
Al fin se cayó, dejó de moverse y conseguí acabarle la trenza. Me quedó perfecta, aunque suene creído.
-¡Paula, Vicky!- Oí que nos llamaban. Era Virginia.
-What?- Contesté, haciéndome la tonta.



dimarts, 20 de setembre del 2011

Capítulo 3.

El camino hacia el bar, es decir, hacia donde estaban ellos, lo hicieron revisándole cada rincón de su cuerpo con la mirada y cuchicheando. Yo aproveché que pasaba por ahí mi primo pequeño y le cogí en brazos, así ademas me separaba de su ridícula conversación.
Cuando pasamos por su lado, las otras dos agacharon la mirada y se empezaron a reír, ridículamente. Yo iba más rezagada, con mi primo en brazos, y cuando pasé aproveché y me fijé en el, ya que no lo había dicho pero de lejos me había parecido muy guapo. Tenía unos ojos preciosos, verdes y profundos. Nuestras miradas coincidieron, le sonreí y me sonrió. Hasta que no le había pasado de largo no le aparté la mirada, y él hizo lo mismo.
A ellas no les dije nada, les dije que no le había mirado, que no me había fijado en él. Si les decía algo se pondrían histéricas y empezarían a montarse historietas, eso ya me lo sabía, ellas siempre hacían lo mismo.
Pero eso fue hace un año, ha pasado un tiempo, él ha cambiado, yo he cambiado, pero cada vez que me mira, cada vez que el miro, ocurre lo mismo. Mi misma mirada, su misma mirada, mi misma sonrisa, su misma sonrisa.




diumenge, 18 de setembre del 2011

Capítulo 2.

Antes, un año antes, yo ya le había visto.
En el pueblo donde veraneo,- Que está cerca de Salamanca- les gusta mucho el paripé, y muchos veranos montan circos o magos en la plaza mayor.
Ese día tocaba magia y todo el pueblo se reunía al rededor de un escenario aún vacío, donde dentro de poco aparecerían el mago y su ayudante.
Mis amigas y yo estábamos sentadas en un banco cercano, pero desde el cual no se veía bien el escenario.
Yo estaba concentrada en mi primo pequeño, que daba vueltas con una moto a pedales, cuando Noelia me pegó un codazo en pleno hígado- Ella siempre hacía lo mismo para llamar mi atención- Reaccioné rápido aún endolorida y le pregunté que quería. Me señaló la esquina contraria de la plaza, donde se reunía un grupo poco numeroso de chicos y chicas un poco mas o menos de nuestra edad. La miré con cara sarcástica, sabía perfectamente lo que me quería decir.
-Mira al rubio.- Me dijo con mirada pícara.
La entendí al vuelo.
-Noelia, en serio, tu tienes un problema.
-Pues Paula opina lo mismo, ¿Verdad?
Paula, al escuchar su nombre, reaccionó.
-¿Que? Ah si, me ha dicho Estela que es el hermano de Sandra, la rubia. 
-Sí, es la que está con él. Y me parece que el moreno bajito es su primo, tampoco está nada mal.- Opinó Noelia, como no.
En ese momento llegó el mago , presentó a su ayudante y anunció una especie de sorteo.
-Venga chicas, que se os van a salir los ojos de las órbitas, ¿Y si compramos un par de papeletas? Si nos toca pasaríamos un buen rato recogiendo el premio.
-Vale, yo compro una contigo si te acercas, lo saludas y le preguntas como se llama.- Me propuso Noelia.
-¿Tu estas loca? No le conozco de nada, que vergüenza.
-Bueno, pues entonces nada.- Dijo, cruzándose de brazos mirando para otro lado fingiendo estar enfadada, aunque le salía pésimamente.
-Oye chicas, ¿Me acompañáis al bar? Quiero comprar pipas.- Nos interrumpió Paula.
El bar estaba justo en la esquina donde estaban reunidos ellos.
-Si, claro, tu lo que quieres es verlo de cerca.
-También.- Dijo, riendo.
-Bueno vale, que a mi ahora que lo dices también me apetece.- Dije, y me levanté.
-¿El que, verlo de cerca?- Dijo Paula y se levantó conmigo.
-¿No, tonta, pipas! Me apetecen pipas.- Le aclaré.
-Claro, claro.- Dijo Noelia e hizo lo propio y nos acompañó.



Capitulo 1.

-¡Au, ten cuidado!- Exclamé cuando una chancla me golpeó en plena espalda.
-Ups, lo siento, se me ha escapado- Respondió Álvaro entre risitas.
-Ya claro- Dije mientras le lanzaba una de mis chanclas- Mira, a mi también se me escapan.
-¡Te vas a enterar!- Exclamó. Y comenzamos una especie de guerra entre nosotros, aunque también salieron mal parados los que estaban cerca nuestro.
-Bueno, para ya, ¿Paz?- Dije, riendo.
-Paz- Contestó, y me extendió la mano. Yo se la estreché con aire solemne y volvimos a reír.
-¡Vicky!- Oí una voz detrás mio, era Estela- Vamos al agua, ¿Te vienes?
-No, prefiero quedarme.
-Oh, vamos rubia- Rubia era un apodo que me habían puesto hace unos años, porque una amiga también se llamaba Vicky- Pero si hace un día espléndido- Estela siempre era igual de pesada- ¿Te vas a perder el agua fresquita y cristalina de la piscina?
-Sí, y también las ganas que tenéis todas de ahogarme, creo que podré soportarlo. ¿Que me dices Paula, te quedas conmigo?
-No lo dudes- A ella tampoco le hacía mucha ilusión la idea de meterse en la piscina llena de gente.
-Oh vamos rubia- Se quejó
-Creo que eso ya lo has dicho, te repites Estelita.
-Me rindo, nosotras nos vamos- Dijo, y se fue.
-No tardéis- Grité, para que me oyera.
Cuando me giré Álvaro ya no estaba allí, estaba dentro del campo de voley,  jugando. Era el primer día que le veía, bueno no, era el primer día que hablaba con él...