Paula y yo pusimos al fin rumbo hacia la hermita, donde habiamos quedado con las otras y con las que deberiamos estar desde hacia más o menos media hora.
-Hotias tía, que están ahí.- Dije, pegandole un puñetazo en el brazo a Paula.
-¡Ay! Tía, voy a acabar el verano con los hombros llenos de moratones, siempre me pegas ne el mismo sitio. Por cierto, ¿Quienes están ahí?.- Dijo, frotándose el brazo con la mano.
-Pues estos tía, los de la peña de enfrente de mi casa.- Dije, pegándole otro puñetazo ne el mismo brazo.
-¡Ay! Ale, otra vez, mira, mejor me pongo al otro lado a ver si así cambiamos de hombro. Hostias tía es verdad.- Sorprendentemente, estos, los de la peña de enfrente de mi casa, estaban ahí, ya en el cruce de las dos calles que llevan a la hermita. Y eso que habian ido por el camino largo. Habian dos opciones, o ellos eran muy rápidos,o nosotras muy lentas.
-Paula, no quiero cruzarmelos otra vez, y si andamos más lentamente.-dije, parandome en seco.
-Vale, pero anda, que si no canta mucho.
Cuando llegamos, estos estaban en el banco y estas estaban al final, sentadas en el muro, en un lado oscuro en el que casi ni se las veia.
-Y si mejor nos quedamos aquí con ellos.- Le ofrecí a Paula.
-Prima va dejame la Blackberry.- Nos gritó su primo desde el banco.
-Uy mira, una excusa.- Dijo Paula bajito, y me guiñó un ojo. Esos días, estabamos nosotras solas, no estaba la otra Vicky, ni Noelia, y parecia que Carla se había ido ya, además las que estaban tenian pinta de estar un poco aburridas.
Fuimos al banco, le di la Blackberry a Javier, vi un hueco en el banco de enfrente y me senté, son darme cuenta de que a un lado tenia a Manu y al otro a Álvaro. Me puse comoda y puse la cabeza en el regazo de Manu, y las piernas en el de Álvaro. A pesar de que tenía mas cerca a Manu, estuve hablando todo el rato con Álvaro; Paula, en cambio, estuvo todo el rato con Samuel, un chico bastante mayor que nosotras, pero muy simpático con nosotras.
Las otras se fueron y ni se despidieron de nosotras, a la mañana sieguiente nos preguntaron donde habiamos estado esa noche muy extrañadas, y o no nos vieron o mentian muy bien.
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