divendres, 14 d’octubre del 2011

Capítulo 6.

-Hola, ¿Está Paula?- Como siempre, me abría la puerta su abuela.
-Si, está acabándose de arreglar, ahora la aviso. ¡Paula, ha venido Vicky!
-¡Dile que entre!- Se oyó desde dentro del baño. La muy tardona, estaría planchándose el pelo, como siempre.
-Hola Luca bonita. ¡Ayyy, Diego, tu perra siempre me lame!- Luca era la perra de los primos de Paula, era enorme, de pelaje blanco y siempre que me veía me lamia la pierna, llevara pantalones largos o cortos.
-Debe de ser que estas rica.- Contestó Diego.
-Si, será eso.- Dije, riendo.
-¡Ya estoy! ¿Nos vamos?- Dijo Paula, mientras guardaba la plancha. Sí, en efecto, se estaba planchando el pelo.
-¡Nemon! Digo... ¡vamos!
-¡Vuelvo a las 12 y media o 1 mamá!- Grito Paula cuando ya salíamos por la puerta y nos alejábamos.
-A las 12 aquí y sin tonterías.
-Vale mamá, a las 12 y media estaré aquí tranquila.- Paula siempre le hacia lo mismo a su madre, llegaba media hora más tarde de la hora a la que le decía su madre, mínimo.
-Paula, por Dios, dejame tu Blackberry. Y vamos yendo ya a por Carla que es tarde y nos va a matar.
-Ten pesada.- Dijo con los ojos en blanco.
-Gracias, te amo. Es que necesito ver si está conectado.- Dije con cara de cordero degollado. Con quien quería hablar era con Óscar, no le veía desde hacía un mes y le echaba muchísimo de menos. Solo hablaba con el por el Tuenti, cuando nos veíamos, pocas palabras, hola y adiós. Por eso quería conectarme, quería hablar con él, era super simpático.
-¿Qué? ¿Está?- Dijo Paula, pegándome un codazo y guiándome el ojo.
-Pues no, no está. Tía quiero hablar con él. Son las 10 y media, seguro que está cenando, en media hora me dejas volver a conectarme vale, por favor.
-Si, tranquila, yo te la dejo, pero luego me la devuelves, que no esté rondando por ahí como siempre, ¿eh?
-Sí, sí, yo digo que es algo importante y que ya no tienes batería. Me invento una trola y au.
-¡Rubia!¡Pau!- Nos llamó Carla desde la esquina de su casa. Estaban todas, llegabamos tardísimo.
-Sorry, en mi defensa diré que no es culpa mia.- Dije, mirando a Paula con cara acusadora.
-Lo siento, ¿Me acompañais al calvo?
-Ibamos para allá.- Contestó Carla, ya que las demás ya estaban bastante más lejos.
Llegamos a la tienda, Paula y yo más retrasadas, como siempre, y hablando de nuestras cosas.
-Un paquete de pipas, dos chupachups de sandia y un chicle de cada.- Le dije a Jose, el dependiente.
-1,20.- Contestó. Le pagué.
-Chicas vamos llendo hacia la hermita, nos vemos allí.
-Mmmm, bueno vale. Tres chicles de cada, por favor.- Pidió Paula.
-Jolines maja, mucho chicle para una noche ¿No?- Dijo jose- 45 centimos
-No, me faltarán y todo.- Y le pagó.
-Hasta mañana por la noche, y repón chicles que ya se están acabando.- Dije, riendo.
-Bueno Paula, ¿Ponemos musica en alto a lo choni?
-Me parece bien, nuestra lista de reproduccion ¿No?
-No lo dudes. Mira tía ahí va un grupo de gente, a lo mejor está Álvaro.- Estaba oscuro y la luz de la farola daba contraluz, así que solo se veian las siluetas.- Mira, ese que acaba de pasar es él.
-¿Que dices tía? Si puede que ni sean ellos.- Dijo Paula, tomándome por loca.
-¿Qué te apuestas a que son ellos, y el que he dicho yo es él? Le tengo super controlado tía, me conozco hasta su silueta.- Habiamos quedado con las otras en la hermita, pero no habiamos dicho por donde ibamos a ir, así que cogimos el camino largo y fuimos por una calle que daba 'casualmente' a la calle por la que iban ellos. Llegamos en el justo momento que llegaban ellos, y nos los encontramos de cara, ibamos riendonos y no nos dimos cuenta hasta que yo me choqué con Álvaro. Miré a Paula.

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